El fin de la oscuridad y lo diverso. Prácticas
en torno a la representación, fue hasta el 12 de septiembre de 2015, una
exposición comisariada por María Jesús Abad que tuvo lugar en la sala AMADÍS (José
Ortega y Gasset, 71. Madrid) del Instituto de la Juventud (Injuve).
La exposición según
Injuve:
“es una muestra dedicada a ver y entender el arte del futuro (…).Pues en ella un
grupo de trece artistas visuales formados en Bellas Artes en el Campus de
Aranjuez (ahora Universidad Rey Juan Carlos) presentan (y representan) un
panorama de cómo entienden la práctica artística en la actualidad”
En cuanto a mi percepción personal; la exposición,
condicionada por una sala pequeña y muy calurosa (dado que estaba llena de
estudiantes), presenta diferentes obras, con distinto contenido y finalidad,
unidas por la juventud de sus autores. Artistas que siguiendo su instinto, sus conocimientos, sus sentimientos,
sus pensamientos… crean algo nuevo y actual que refleja todo un proceso histórico
que culmina en el presente, en el ahora. Puede que eso responda al título de la
muestra, pues las obras son, al fin y al cabo, el final de una historia oscura
y diversa; que lejos de acabar, está comenzando.
Sin embargo (dejando a un lado esa unión) quiero exponeros aquello
que me ha aportado la muestra.
Por lo general, cuando me adentro en una exposición o en un
museo, intento pararme en cada obra e intentar sentirla, comprenderla; sumergiéndome
para ello en la mente del autor. Este proceso, llevado a cabo a través de la observación
o simplemente de manera intuitiva, te lleva a una comprensión personal de la
obra, que en esta exposición podías contrastar con la opinión del autor. Permitiéndome
así, comprobar la subjetividad del arte a la vez que aprender a entender a los
demás a través de otros medios más abstractos.
Cabe resaltar, que varias de las obras, se centraban en una
realidad: estamos saturados de imágenes; lo cual está provocado que
no dediquemos tiempo a observarlas o que estas no nos afecten. Frente a esto
pude ver varias reacciones:
Primeramente, observe una enrevesada instalación por la cual a través de una
lámpara, que proyectaba su luz en una lupa, te daba a conocer la imagen de un niño,
un niño muerto; cerca, a la derecha, se encontraba una imagen oscura donde solo
se podían observar los drapeados de una tela verde.
En segundo lugar vi una imagen cotidiana, a la que
normalmente hubiéramos dedicado menos de cinco segundos, dividida en diversos bocetos (centrados
en los personajes, los vehículos, los edificios…) y a la que el autor (Milad Nouiouat) dedicó más
de 30 horas.
Milad Nouiouat explicando su obra |
Fragmento de la obra de Marta Abril |
Pero curiosamente, de las obras relacionadas con la imagen
que más interés provocaron en mi, serían tres collages de Juan Jurado en los
que contrastaba, la belleza y el horror, la vida y la muerte, el orden y el desorden … creando
en tu mente sentimientos adversos a la vez que sorprendentes.
Explicación de la obra por uno de los compañeros del autor |
Detalle de un dibujo de Maria Chaves |
Composición con lana, papel manila y acrilico de Rosario Rodríguez |
Finalmente, he de afirmar que la muestra sabe aprovechar un
espacio pequeño para unir de manera genial una decena de obras, que encierran
miles de historias y pensamientos innovadores y de gran frescura; para comprenderte
y comprender el mundo, para disfrutarte y disfrutar de lo delicado, lo bello y lo
grotesco del arte.
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